En los últimos años, el uso de gestores de contenedores de software se ha disparado considerablemente no solo en el sector de la informática, sino en diferentes industrias que han decidido digitalizar y optar por los servidores en la nube para optimizar sus procesos de gestión documental.
Sin lugar a duda, los dos gestores de aplicaciones preparados para la nube que han conseguido mayor popularidad en el sector han sido las tecnologías Docker y Kubernetes. Aunque ambos comparten funcionalidades como compilar, entregar y escalar aplicaciones en contenedores, son dos tecnologías distintas y presentan una serie de diferencias.
La tecnología Docker, sus principales características
Uno de los mecanismos comunes para ejecutar un software en cualquier servidor a través de contenedores software es Docker. Su rápida evolución sumado a la facilidad de uso ha permitido que una tecnología enfocada a un sector en concreto se convierta en una herramienta puesta a disposición de cualquier usuario, independientemente de sus conocimientos técnicos o informáticos.
Docker se define como una tecnología de código abierto, siendo un tipo de archivo de contenedor, que proporciona a las compañías una automatización de la implementación de sus aplicaciones como contenedores portátiles. Estos contenedores Docker se caracterizan por ser autosuficientes, pudiendo ser ejecutados tanto en la nube como en entornos locales. Las principales funciones que Docker desempeña son la creación, ejecución y escala de las aplicaciones propias de los desarrolladores, todo ello realizado de manera rápida.
Si bien la idea de aislar entornos ya existía, así como la presencia en el mundo de la informática de otros programas encargados de la creación de contenedores, Docker ha conseguido ser el número uno de formatos de contenedor en los últimos años. Sin embargo, las aplicaciones van creciendo, por lo que necesitan más contenedores implementados en varios servidores para llevar a cabo una administración más compleja. Aquí es donde entran los Kubernetes, el mecanismo capaz de coordinar, programar y comunicar determinados contenedores.
Kubernetes, sus principales características y ventajas frente a Dockers
Llega un momento en el sistema en el que el número de aplicaciones implementadas es cada vez mayor, lo que supone una complicación en la gestión y coordinación de los contenedores. En este caso, Docker no resulta suficiente, ya que para poder administrar los distintos servicios que conforman la arquitectura del sistema se necesita una tecnología que pueda desempeñar más funcionalidades.
Gracias a Kubernetes, esta problemática queda resuelta. Kubernetes se trata de un software de orquestación de código abierto que permite controlar tanto la forma como el lugar en el que se ejecutan los contenedores a través de una API. Al disponer de esta tecnología, Docker puede deshacerse de grandes cargas de trabajo, pasando a formar parte de Kubernetes. De esta manera, Kubernetes puede ejecutar nuevos contenedores y proporcionar una solución a las complejidades que se presenten al tener que escalar un alto número de contenedores implementados en distintos servidores.
Con Kubernetes, los desarrolladores y técnicos tienen la posibilidad de organizar un conjunto de máquinas virtuales, programando los contenedores para que se pongan en funcionamiento en estas máquinas que dependen de los recursos de proceso que estén disponibles y de los requisitos de recursos de cada contenedor.
El aspecto más destacable de Kubernetes es la capacidad para poder utilizarse en cualquier lugar. De este modo, permite articular despliegues ejecutados en el mismo lugar, despliegues en nubes públicas o un tipo de despliegue que surge como la mezcla entre ambos tipos, llamados híbridos.
En definitiva, es preferible utilizar Docker y Kubernetes de manera conjunta. Si bien Docker permite crear, ejecutar y distribuir las aplicaciones en contenedores abiertamente, así como almacenar y compartir imágenes de cada contenedor, Kubernetes proporciona al usuario la capacidad de que sus aplicaciones sean más escalables, poniendo en marcha un mayor número de contenedores.